viernes, 29 de febrero de 2008

La Im + Xⁿ = Impotencia

Esta semana he sido víctima de la impotencia. Creo que a todos nos ha pasado cuando no sabemos resolver un problema, cuando no acertamos en encontrar la salida, cuando no logramos superar un obstáculo, cuando nos fallan las fuerzas, cuando nos quedamos sin esperanza o mi caso, cuando no podemos culminar un trabajo por fuerzas que son externas a nosotros. En cada una de estas situaciones, nos invade la impotencia.



La impotencia no es sólo es una conducta humana sino que también es experimentada por los animales, los cuales ante una situación desesperada, pueden seguir dos conductas prácticamente opuestas: La primera es una continuidad de movimientos y la segunda es la quietud extrema.

Los seres humanos reaccionamos de diversas formas ante la impotencia pero las más frecuentes guardan estrecha relación con las mencionadas sobre los animales. Hay personas que ante la impotencia se deprimen pero otras se irritan y se tornan coléricas. Según mi investigación muchos concuerdan que el camino adecuado no es negarla y vivir como si no pasara nada, lo que conviene es dejarla sentir.


Sentir impotencia no es algo negativo, es ser real y debemos asumirla con tranquilidad. Todo depende de que tan alto se coloque la vara con la que se mide la situación, es decir, hay personas que se sienten impotentes si no resuelven un problema por completo.

En un estudio clínico, alguien cronometró el tiempo que duraban las visitas médicas a cada habitación. La conclusión fue interesante: el tiempo de permanencia de los doctores con cada paciente era inversamente proporcional a la gravedad del enfermo. Es decir, que con los enfermos que estaban al borde de la muerte, los médicos pasaban menos tiempo. Se trata quizás de un mecanismo inconsciente de defensa: el médico no quiere ver la muerte porque también ve su propia muerte, ni quiere verse fracasado en la impotencia.



A cuantos de nosotros no nos ha pasado que un amigo se nos acerca con un gran problema y no podemos hacer mucho por ayudar, esa sensación de impotencia es una de las peores. Cuando esto ocurre, es recomendable recordar la siguiente frase: "El buen médico cura a veces, alivia muchas veces y consuela siempre".

martes, 26 de febrero de 2008

Aprender a decir NO!

El fin de semana pasado tuve una mala experiencia por el hecho de no saber decir NO. Esta situación me llevó a investigar todo lo que engloba aquella palabrita.

Decir no, no siempre es mera negación pero si es rechazo, no es ser egoísta ni ser mala persona. Decir no es ser sincero, es comprometerse con uno mismo, es no querer quedar bien siempre y a toda costa como me ocurre a mí. Decimos si a todo por miedo a defraudar a alguien o las expectativas de otro, por temor a no dar la talla o porque necesitamos afecto y reconocimiento de los demás para elevar en cierta medida nuestra ya inexistente autoestima.





Nuestra necesidad de ser valorados, atendidos y tomados en cuenta puede llevaros a mostrar una constante disponibilidad a todo, lo que nos encierra en una dependencia no sólo a los demás, sino a esa imagen que nosotros mismos nos hacemos. Esta situación no permite poder generar una saludable relación con los demás.

Cuando dices sí queriendo lo contrario, te sientes mal y utilizado. Te colocas en un estado de sumisión en perjuicio de ti mismo. A la mente me viene el consejo de un buen amigo “Ni puedes, ni debes contentar a todo el mundo pero ojo si le caes bien a todos, absolutamente bien a todos, tienes que empezar a preocuparte”



Decir no es difícil y todavía mas saberlo decir. Me quito el sombrero ante las personas que dicen no con serenidad, sin agresividad, con seguridad, con amabilidad, con cortesía y sin insultos. Es todo un arte. ¿Verdad?

La cuestión no es lo que dices sino como lo dices. “El problema, el origen de la disputa, está mas en el cómo que en el qué”

Si se carece por completo de enemistades es bastante raro porque hay personas y posiciones que merecen rechazo total. El que a todo dice que no, probablemente es todo un rebelde sin causa, que es cosa seria; pero, el que a todo dice que sí padece también de algo: le falta amor a sí mismo.



¿Qué podemos hacer al respecto?

- Aprender que si cedemos siempre nos estamos haciendo daño, debemos dar prioridad a lo que queremos y deseamos de manera que seamos personas sinceras con nosotros mismos y con lo demás.
- La confianza se fortalece dado que no somos falsos ni condescendientes.
- Ejercer nuestro derecho a decir “no” y de esta manera podremos entablar una comunicación mas real.



Yo, paso.

martes, 19 de febrero de 2008

Sexo Compro, Sexo Vendo… ¿Sexo Ofrezco?

Este post no trata sobre Los Prisioneros de Chile ni sobre la prostitución sino que el otro día en la búsqueda de soluciones a mi problema de Déficit Afectivo, me tope con la siguiente frase “Las mujeres dan sexo a cambio de afecto y los hombres dan afecto a cambio de sexo”.



Puede resultar demasiado extremista la premisa pero les ocurre a muchas parejas aunque no quieran admitirlo. El hombre sólo demuestra afecto cuando busca una relación sexual, aunque algunos dicen que no. Y para muchas mujeres la relación sexual en si no es de su interés porque lo que realmente necesitan es ternura y afecto. Citando al Dr. Benito Peral: "Las carencias afectivas empujan a muchas mujeres a entregarse en relaciones sexuales que al final resultan traumáticas".


Los hombres se ven en la dificultad de integrar afectividad con sexualidad, no logran unir ambas cosas por eso practican el denominado “Sexo Duro”. Las mujeres por el contrario son capaces de integrar el afecto y el sexo y sólo logran satisfacción en su relación de pareja cuando están llenas de amor.

La sexualidad masculina se resume a una “urgencia biológica” (Ej: la necesidad de eyacular todas las semanas o cada quince días). La urgencia biológica también ha servido para justificar violaciones y coitos no consentidos o no deseados. En cambio, la sexualidad femenina es una psicosexualidad (Ej: necesitan mucho cariño, sensualidad antes del sexo, estimulo, entender y sentir la pertenencia del uno al otro).





En el caso de los hombres se puede entender que el exceso de testosterona hace de él un verdadero animal, algo racional y poco afectivo. También se le atribuye esta falta de todo a la ecuación machista que reciben, en la que los niños no lloran.

Lo que no se puede negar es que la sexualidad integrada con la afectividad es mucho mejor que el sexo puro y duro. Sin embargo, las mujeres en intento por acabar con estas diferencias están imitando a los hombres y en la actualidad de acuerdo a los nuevos patrones sociales existen mujeres que dan sexo por sexo.




La pregunta final de esta autora es: ¿Quedas satisfecha (o) al fin de cuentas?

lunes, 18 de febrero de 2008

La Margarita Dijo NO! - Déficit Afectivo

Fuente: http://www.biopsychology.org

Los seres humanos somos extraordinariamente sociales. Necesitamos, a lo largo de toda nuestra vida, la ayuda y la colaboración de las personas para sobrevivir y reproducirnos. Las diversas formas de ayuda y colaboración social que intercambiamos para lograr nuestra supervivencia las agrupamos bajo el término común de 'Afecto'.


¿Qué puede ocurrir cuando una persona no recibe suficiente ayuda de las demás? ¿O cuando una persona proporciona mucha más ayuda de la que recibe? Es decir, ¿qué puede ocurrir cuando una persona tiene un déficit afectivo?

Dar afecto significa efectuar alguna clase de trabajo cerebral no remunerado en beneficio de otra persona. Para la mayoría de trabajos se necesita utilizar el cerebro para coordinar todas las acciones involucradas en realizar la tarea. Esto significa que el cerebro deja de atender a otras actividades menos urgentes para concentrarse en la tarea principal.

Cuando una persona carece de ayuda suficiente para sobrevivir adecuadamente experimenta un déficit afectivo. Pero para ello no sólo hay que tener en cuenta la ayuda que recibe sino también la ayuda que proporciona. Si proporciona mucha más ayuda de la que recibe de los demás, también puede experimentar un déficit afectivo.

El déficit afectivo se produce cuando el trabajo de ayuda proporcionado a los demás merma su capacidad cerebral para atender a las propias necesidades. Su cerebro pierde eficacia al tratar los problemas que incumben a su propia supervivencia y bienestar.



Si el déficit afectivo persiste, el cerebro no dispone de suficiente capacidad para evaluar correctamente cada situación y empieza a procesar incorrectamente informaciones vitales para el organismo. Se produce, así, un aumento de la ineficacia del cerebro y sus consiguientes errores emocionales.



Yo me declaro víctima del déficit afectivo, ya no razono, simplemente realizo acciones que vistas desde fuera son realmente errores emocionales. Al carecer de afecto (en mi caso el de pareja) he cometido las siguientes “locuras”:

1. Me compre unos lentes que casi no tienen medida (mi vista es 20/20) prácticamente amenace al oculista para que me los recete.

2. Tome sin moderación como si estuviera en una carrera contra mi misma, los efectos fueron devastadores, llenar el vacío con alcohol es lo peor que he podido hacer. Desde ese día me prometí no volver a hacerlo y lo he cumplido.

3. Compre una consola de nintendo wii (una gran estupidez) yo no soy fan de los video juegos, pero un día que me sentí tan sola y triste necesité que me den aliento y me digan que soy una ganadora, que mejor que una computadora sin sentimientos para esa tarea.

4. Empecé a salir con un chico que efectivamente no tenía ni un sentimiento por mí y a pesar de saber o darme cuenta de eso, yo si lo traté con mucho cariño, es decir, incremente mi déficit afectivo. Un amigo me dijo: “Tu vales mucho, no se porque sales con ese huevón que no te quiere, para él tu eres un premiazo y lo gana muy fácil”

5. Me cuelgo de personas sin querer (o queriendo inconcientemente) y al final se alejan de mi porque se sienten abrumados con mi presencia.

6. Intenté cruzar la pista cuando los carros pasaban pero felizmente me detuvieron y me hicieron entrar en razón. Nunca te lo agradecí. Gracias.

7. Me pinte el cabello de negro en un intento de dejar de ser YO.

Espero que este post (muy personal) me sirva de purga interior, es un OffTopic de mi blog OffTopic. Creo que tengo la pirámide de Maslow en otro orden XD.



No siempre tenemos personas pendientes de nosotros, como muchos de mis amigos me recalcan “la soledad es buena” dado que ayuda a curarnos de ciertos afectos adictivos y gracias a ella podemos ser mas libres con los demás. Las relaciones humanas están bien pero veo que el afecto que necesito de otros interfiere en quererme a mi misma.

Mi caso no es el primero ni el último, tal vez existen muchas personas como yo que no entienden que es lo que les pasa, espero que gracias a este post no se sientan tan incomprendidos y tal vez a partir de éste artículo ya puedan combatir de raíz aquello que les aqueja.





¿Y que hay del superávit efectivo?